La Permacultura produce
una ecología cultivada capaz de generar más alimentos para la gente y
animales que la propia naturaleza a su ritmo (sin el “factor humano”).
Así como la ingeniería genética a llegado a ser capaz de crear nuevas
formas de vida manejando las estructuras y elementos más íntimos de la
materia viva, a su vez la permacultura ha llegado a ser capaz de
producir vida abundante pero todo esto desde la perspectiva de la
educación popular, metodologías participativas, el sentido comunitario y
la reverencia a la vida.
El australiano Bill Mollison es la figura clave en el surgimiento del
diseño permacultural. Bill Mollison nació en Stanley, Tasmania (1928).
Desde adolescente aprendió a ganarse la vida por sí mismo. Fue panadero,
forestal, aserrador, trampero, naturalista y pescador de tiburones.
En medio de ambientes naturales silvestres y difíciles, cazó y pescó
para vivir. Pronto aprendió el duro arte de sobrevivir en condiciones
extremas, y amar la tierra y las regiones donde uno vive.
Desde 1954 trabajó como biólogo realizando estudios científicos en
lugares remotos de Australia. En 1960 fue el curador del museo de
Tasmania. En 1966 regresó a estudiar, ganándose la vida como pastor de
ganado, guardián de cafeterías y de profesor de niñas.
Se graduó en Biogeografía y quedó como maestro en la Universidad de
Tasmania (1968). Mollison se convirtió en un crítico radical de los
sistemas industriales y políticos que vio que estaban destruyendo,
material y socialmente, a todas las partes del mundo donde iba.
Pero como él mismo nos dice: “Esta oposición, por fin no cumple nada
[...] no quería oponerme a nada y perder mi tiempo. Quería regresar sólo
con algo muy positivo, algo que nos permitiera vivir a todos sin el
colapso total de los sistemas biológicos.”
En 1974, en conjunto con su estudiante David Holmgren (su tesis de
doctorado fue clave), desarrollaron una estructura para un sistema de
agricultura y de estilo de vida sostenibles para lo cual acuñó la
palabra “permacultura” .
Esto culminó en 1978 con la publicación del libro “Permacultura 1”, y
un año después “Permacultura II”. Muchos especialistas y académicos se
sintieron ultrajados por la combinación permacultural de agricultura,
silvicultura, manejo de animales y asentamientos humanos.
Bill ha dicho que si bien en sus inicios la permacultura apuntó hacia
el autoabastecimiento de la familia y de la comunidad sin embargo “la
autosuficiencia no tiene razón si la gente no tiene acceso a la tierra, a
la información y a los recursos económicos”.
Así, en los últimos años la permacultura se está dirigiendo también
hacia estrategias, para acceso ala tierra, legales y financieras (tales
como autofinanciamiento regional, estructuras de negocios, intercambios
de servicios y productos, sistemas económicos alternativos no basados en
el sistema monetario internacional, como los LETS). De esta manera la
permacultura está tomando un rostro profundamente creativo y
revolucionario.
Desde 1979, Bill Mollison dejó la academia y se ha dedicado a
practicar con el ejemplo: construir sistemas biológicos sostenibles.
Paralelamente, fue formando el Instituto de Permacultura TAGARI, en
Tyalgum, Australia. En 1991 ya había más de 4,000 personas graduadas,
avaladas por el Instituto.
Actualmente hay más de 140 Centros diseminados en 50 paises (bajo el
principio de no centralización), con 20 mil personas entrenadas. En
1981, Mollison recibió el Premio Nobel Alternativo por parte del
Parlamento Sueco; el reconocimiento de Holanda; Gran Bretaña (Sociedad
Schumacher), y en 1991 la Academia de Ciencias de Rusia le otorgó la
medalla Vavilov (por vez primera aun extranjero).
Mollison considera que Masanobu Fukuoka (autor
de La Revolución de la Brizna de Paja) sintetiza muy bien la filosofía
básica de la permacultura: “trabajar con la naturaleza, no contra ella”.
Para esto hay que observar, cuidadosa y profundamente, como trabaja la
naturaleza antes que manipularla.
En este sentido, la permacultura ha estudiado profundamente algunos
de los principales sistemas productivos y estilos de vida indígena, a lo
largo y ancho del mundo.
Ahora, Vamos a un viaje con el propio Mollison, quien alguna vez
mencionó que, en nuestra época, un revolucionario que sólo esgrime la
palabra o las armas, pero es incapaz de producir su propio alimento y el
de su comunidad, no puede presumir de revolucionario, pues está muy
lejos de serlo. Vamos a los videos de Mollison, ahí aprenderemos cuál es
la Esencia de la Próxima Revolución de la Armonía:
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