domingo, 15 de marzo de 2015

FINCA NARANJO CHINO- EL PROGRESO, YORO, HONDURAS

PRESENTACION DE CEASO-ITAGH

Consumo y producción de alimentos sostenibles

Las tendencias y patrones de consumo y producción de alimentos son unas de las causas principales de presión sobre el medioambiente. Para lograr un desarrollo sostenible, es indispensable que existan cambios fundamentales en la manera en que se producen, procesan, transportan y consumen los alimentos.
El consumo y producción sostenible de los alimentos y la agricultura es un concepto holístico, impulsado por el consumidor que se refiere a la implementación integrada de patrones sostenibles de consumo y producción de alimentos, respetando las capacidades de carga de los ecosistemas naturales. Exige considerar todos los aspectos y fases en la vida de un producto, desde la producción al consumo, e incluye temas como estilos de vida sostenibles, dietas sostenibles, gestión de las pérdidas y desperdicios de alimentos y reciclaje, normas de sostenibilidad voluntarias, además de métodos y conductas ecológicamente adecuadas que reduzcan al mínimo los efectos adversos sobre el medioambiente y no pongan en peligro las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Los conceptos de sostenibilidad, cambio climático, biodiversidad, agua, seguridad alimentaria y nutricional, derechos a la alimentación y dietas están estrechamente conectados.

Los sistemas de agroalimentos se desarrollan dentro de una base finita de recursos y con frecuencia reducidos. Por lo tanto, es necesario que estos sistemas hagan uso de los recursos naturales de una manera ambiental, económica, social y culturalmente sostenible, con el fin de conservar el ecosistema. El crecimiento de sistemas de agroalimentos debe ser inclusivo; debe enfocarse en objetivos más allá de la producción, lo que incluye la eficiencia a lo largo de las cadenas alimentarias, y debe promover prácticas y dietas sostenibles.
Las elecciones de los consumidores cumplen una función destacada para orientar la producción, dado que los consumidores seleccionan ciertos tipos de productos de acuerdo con su lugar de origen, procesos de producción o productor. Los consumidores también ejercen una fuerte influencia a través de la manera en que compran, transportan, conservan, cocinan y consumen sus alimentos. El consumo de alimentos se ve afectado por una amplia gama de factores, que incluyen la disponibilidad, accesibilidad y elección de los alimentos, los que a su vez pueden verse influenciados por la geografía, demografía, ingresos disponibles, situación socio-económica, urbanización, globalización, religión, cultura y actitudes de los consumidores y mercadeo.
Según lo definido por el Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición (HLPE) “sistema alimentario sostenible (SAS), es un sistema alimentario que proporciona seguridad alimentaria y nutrición para todos de manera que no se pongan en peligro las bases económica, social y ambiental que generarán seguridad alimentaria y nutrición para las generaciones futuras”
Programa FAO/PNUMA sobre sistemas alimentarios sostenibles
En la Conferencia Río +20 de 2012, se adoptó el marco decenal de programas sobre modalidades de consumo y producción sostenibles (10 YFP-SCP) a fin de mejorar la cooperación internacional y acelerar el cambio hacia el consumo y la producción sostenibles tanto en los países desarrollados como en desarrollo. Los sistemas alimentarios constituyen una esfera prioritaria de interés.
El Programa de sistemas alimentarios sostenibles (PSAS), establecido por la FAO y el PNUMA  en 2011 con el apoyo del Gobierno de Suiza, está catalizando, a través del Grupo de Trabajo Agroalimentario, las asociaciones entre organismos de las Naciones Unidas, otros organismos internacionales, los gobiernos, la industria y la sociedad civil, cuyas actividades pueden promover la necesaria transición de los sistemas alimentarios a la sostenibilidad. El objetivo general del PSAS es añadir valor reuniendo diversas iniciativas y líneas de trabajo, en la FAO y con asociados, para crear capacidad a fin de adoptar prácticas de consumo y producción más sostenibles (CPS) en los sistemas alimentarios y elaborar un nuevo compromiso de partes interesadas múltiples con objeto de construir sinergias y la cooperación para la consecución de objetivos mutuos.
Se han determinado cuatro principales esferas de trabajo: i) elaborar y mejorar las plataformas de información sobre los productos agroalimentarios y los sistemas alimentarios sostenibles; ii) asegurar una comunicación fiable y sostenible de información sobre los productos alimenticios en toda la cadena de suministro; iii) crear condiciones propicias para la adopción de sistemas de producción sostenible; y iv) adoptar enfoques basados en el mercado.
El programa reúne diversas iniciativas de la FAO y de sus asociados, para catalizar la acción. Organiza eventos y talleres dedicados a temas específicos, como en las normas voluntarias en 2013 y en el conocimiento de los sistemas alimentarios sostenibles en 2014. El Programa apoya a los países en la organización de mesas redondas nacionales sobre consumo y producción sostenibles en el sector agroalimentario, con tres mesas redondas organizadas por Ghana, Mozambique y Sudáfrica.
En consonancia con su enfoque en cuanto a la relación entre el consumo y la producción, el programa ha elaborado actividades sobre dietas sostenibles, en colaboración con el Centro Internacional de Estudios Superiores sobre Agronomía Mediterránea (CIHEAM) y con el programa Alianza Mundial de la Juventud de las Naciones Unidas (YUNGA). Proporciona también apoyo a la iniciativa “Save food” en los aspectos vinculados con el consumo y el comportamiento del consumidor.

La Agenda de Desarrollo Post-2015 y los Objetivos de Desarrollo del Milenio

Agricultura Sostenible

  • Los sistemas de producción y las políticas e instituciones que sustentan la seguridad alimentaria mundial son cada vez más insuficientes.
  • La agricultura sostenible debe garantizar la seguridad alimentaria mundial y al mismo tiempo promover ecosistemas saludables y apoyar la gestión sostenible de la tierra, el agua y los recursos naturales.
  • Para ser sostenible, la agricultura debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de sus productos y servicios, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad, la salud del medio ambiente y la equidad social y económica.
  • Para conseguir la transición global a la alimentación y la agricultura sostenibles, es imprescindible mejorar la protección ambiental, la resiliencia de los sistemas, y la eficiencia en el uso de los recursos.
  • La agricultura sostenible requiere un sistema de gobernanza mundial que promueva la seguridad alimentaria en los regímenes y políticas comerciales, y que reexamine las políticas agrícolas para promover los mercados agrícolas locales y regionales.

Introducción
Los persistentes y elevados niveles de hambre y malnutrición - 805 millones de personas en el mundo sufrieron hambre crónica en 2012-2014 - y la carga insostenible y creciente de las actividades humanas sobre la capacidad de la Tierra representan un enorme desafío para la agricultura, agravado aún más por el crecimiento continuo de la población mundial. Para satisfacer la creciente demanda de alimentos de los más de 9 000 millones de personas que poblarán el planeta en 2050, teniendo también en cuenta sus probables cambios dietéticos, será necesario aumentar la producción de alimentos a escala mundial en 60 por ciento en el mismo período. Al mismo tiempo, alrededor de un tercio de los alimentos producidos -1,300 millones de toneladas al año- se pierden o desperdician en todo el mundo a lo largo de la cadena de suministro, con enormes costes económicos y medioambientales.
Existe una clara relación entre el crecimiento en la agricultura y la erradicación del hambre y la pobreza. Al mismo tiempo, la agricultura entendida en sentido amplio -incluyendo la producción agrícola y ganadera, la pesca y la silvicultura- proporciona ingresos, puestos de trabajo, alimentos y otros bienes y servicios a la mayoría de las personas que viven actualmente en la pobreza. Como consecuencia y, de media, el crecimiento global del PIB derivado de la agricultura es al menos dos veces más eficaz en la reducción de la pobreza que el crecimiento generado en los sectores no agrícolas, y hasta cinco veces más eficaz que otros sectores en los países de escasos recursos e ingresos bajos.
Desafíos clave
La actual trayectoria de crecimiento de la producción agrícola es insostenible, debido a sus impactos negativos sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Una tercera parte de la tierra agrícola está degradada, hasta el 75 por ciento de la diversidad genética de los cultivos se ha perdido y el 22 por ciento de las razas de ganado están en riesgo. Más de la mitad de las poblaciones de peces están plenamente explotadas y, en la última década, unas 13 millones de hectáreas de bosques al año fueron transformadas para otros usos.
Los desafíos globales a los que nos enfrentamos son la creciente escasez y la degradación rápida de los recursos naturales, en un momento en que la demanda de alimentos, piensos, fibra y los bienes y servicios procedentes de la agricultura (incluyendo los cultivos, la ganadería, la silvicultura, la pesca y la acuicultura) está aumentando rápidamente. Algunas de las tasas más altas de crecimiento demográfico se prevén en zonas que dependen de la agricultura y que ya tienen altas tasas de inseguridad alimentaria. Otros factores - muchos de ellos interrelacionados - complican la situación:
  • La competencia por los recursos naturales se intensificará cada vez más. Esto pueden causarlo la expansión urbana, el antagonismo entre los diversos sectores de la agricultura, la expansión de la agricultura a coste de los bosques, el uso industrial del agua, o el uso recreativo de la tierra. En muchos lugares esto está resultando en la exclusión de los usuarios tradicionales del acceso a los recursos y de los mercados.
  • Mientras que la agricultura contribuye considerablemente al cambio climático, también es una víctima de sus efectos. El cambio climático reduce la resiliencia de los sistemas de producción y contribuye a la degradación de los recursos naturales. Se prevé que en el futuro se agraven importantemente las subidas de temperatura, los cambios en los patrones de precipitación y los fenómenos meteorológicos extremos.
  • La creciente circulación de personas y mercancías, los cambios ambientales, y los cambios en las prácticas de producción dan lugar a nuevas amenazas de enfermedades (como la gripe aviar altamente patógena) o las especies invasivas (como la mosca de la fruta tefrítida), que pueden afectar a la seguridad alimentaria, la salud humana y la eficacia y sostenibilidad de los sistemas de producción. Políticas y capacidades técnicas inadecuadas pueden agravar las amenazas y poner a enteras cadenas alimentarias en riesgo.
  • Los programas de políticas y los mecanismos para la producción y la conservación de los recursos generalmente están desvinculados. Falta una clara gestión integrada de los ecosistemas y / o paisajes.